La vida interna de toda empresa como grupo social es un gran cosmos de intereses, ambiciones, proyectos, intrigas, integración, normas, vicios, metas en común, pertenencia, éxitos, fracasos, aprendizaje, relaciones, etc.
La empresa como entidad tiene una serie de razones de existir y objetivos que en general quienes en ella colaboran los conocen, entienden, asumen y contribuyen para que estos se alcancen.
Pero no es un estándar absoluto el nivel de aportación que cada colaborador brinda cotidianamente en el desempeño de la responsabilidad y funciones asignadas, se identifica a quienes su actitud y resultados son los que la empresa espera y de ello para lograr congruencia en los intereses que ambas partes esperan, debe contarse con la cultura y el sistema institucional que detecte, evalúa, retroalimenta y recompensa de diversas formas esa actitud y contribución, formas que deben ser una combinación de satisfactores de corto y largo plazo, tangibles e intangibles, económicos y en desarrollo profesional y personal.
También se identifican aquellos a quienes su actitud y de ello contribución no es la deseada y ello puede deberse a un proceso de atracción inadecuado, o bien un liderazgo negativo, un desgaste en la relación laboral al no haberse dado las condiciones de desarrollo y remuneración adecuadas, quizás también por el fin de un ciclo profesional o lo más grave, que en la empresa se conozca y toleren estas actitudes y no se reaccione.
En Craft Talent nuestra experiencia nos ha permitido contar con los procesos y herramientas de gestión de las personas que contribuyen a que la empresa alcance sus metas por medio del talento de sus colaboradores y estos encuentren en la empresa la plataforma de estabilidad, desarrollo personal y profesional.