Sin importar su tamaño y complejidad, la empresa como entidad económica debe ser entendida por quienes la dirigen y por quienes en ella colaboran como un gran sistema integrado por procesos, procedimientos e indicadores de medición, logro y mejora.
Que los colaboradores se vinculen con los objetivos a alcanzarse en la empresa y el hacerlos conscientes de las consecuencias del logro o del fracaso debe ser considerado tan estratégico como la meta misma.
Lo anterior es posible de varias formas, las siguientes son tan solo recomendaciones:
- Desarrollando una comunicación interna oportuna, que informe e involucre.
- Una filosofía de empresa que se difunda, se viva, sea congruente y genere cultura.
- Un liderazgo que brinde confianza, faculte, guíe, reconozca y desarrolle.
- Implementando y evolucionando constantemente, prácticas de gestión del desempeño que permitan la fijación de objetivos alineando la contribución individual y de equipo al logro de las grandes metas planteadas por la empresa, ya sean estas de corto, mediano o largo plazo.
Este último punto, acompañado de un proceso de compromiso, seguimiento, realimentación y evaluación, con objetividad y sensatez, debiendo la evaluación, ser la métrica que determine el nivel de recompensa y reconocimiento a otorgar al colaborador, entendiéndose por ello:
- El porcentaje de mejora salarial anual.
- La ratificación del colaborador en su posición.
- La asignación del porcentaje del sueldo variable o bono.
- La gestión de los resultados históricos evaluados del colaborador como elemento de decisión para siguientes nombramientos y promociones, etc.
Todas las posiciones y responsabilidades asignadas son elegibles a fijarse objetivos, ya sea que estos se logren tan solo por el eficiente cumplimiento de las funciones asignadas, o bien, (en adición a estas), generar alternativas, innovación, mejoras, cambios, etc., que añadan valor y contribuyan de manera directa a los grandes objetivos y metas planteadas a nivel empresa.
La empresa debe tener claro a dónde quiere llegar, cuándo y cómo, estar convencida que cuenta con quiénes lograrlo, es decir, sus colaboradores, todos, sin excepción, cada quien desde su posición, de ello que los objetivos de la empresa deben ser los de todos y de manera coordinada, alineada y conociendo cuál será la contribución de cada uno.