Gerardo, quien trabajaba para una empresa de logística desempeñando un puesto muy importante y de haber tenido reconocimientos y éxitos significativos en su trayectoría laboral, comenzó después de un tiempo a tener gastritis, migrañas, a veces, sin poder dormir y en ocasiones terminaba su trabajo con mayor tiempo de lo usual, olvidaba cosas importantes y no sentía esa emoción cuando iniciaba proyectos. Su malestar continuó por varios meses, empeorando cada vez más y afectando su salud física y su desempeño laboral, a pesar de que él lo sabía, le tomó un año más para renunciar a ese empleo que él consideraba el mejor.
¿Alguna vez te has sentido así en un puesto de trabajo? son síntomas que a veces pasamos desapercibidos o que creemos que es “normal”, y es verdad, no siempre nos sentimos al cien por ciento y con los ánimos por las nubes, pero esto deja de ser normal cuando es estacionario y al paso del tiempo empeora (¡banderitas rojas!) y es entonces que la afectación de esos estados se hacen presentes en muchos contextos de nuestra vida, por ejemplo:
- Desgaste físico: cansancio crónico, sin energías, dolores de cabeza, gastritis etc.
- Desgaste emocional: desmotivación, estrés, ansiedad, negatividad, mal humor.
- Cambios de comportamiento: desinterés, cinismo, irritabilidad, endurecimiento del trato hacía otros etc.
- Baja productividad laboral: frustración, falta de atención en las tareas, dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, desinterés en la calidad de su trabajo.
Comúnmente estos malestares se trasladan a nuestra vida personal, cotidiana, fuera del trabajo y es entonces que representa un mayor problema. Es importante identificar cuando te sientas de esa forma y buscar ayuda de manera inmediata.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el síndrome de burnout o agotamiento laboral como una enfermedad, y ha sido incluida en la clasificación internacional de enfermedades, entrando en vigor el 1° de enero de 2022. Permitiendo que especialistas y centros de salud traten a pacientes con este síndrome.
Identifica de dónde proviene el malestar, quizá son las actividades, el ambiente laboral, el liderazgo, algún cambio de zona geográfica o funciones que no te gustaron, las condiciones contractuales etc. Tómate unas largas vacaciones, háblalo con tu jefe, busca ayuda de un psicólogo, realiza actividades placenteras y el apoyo de la familia y amigos es muy importante. A veces el tomar la decisión de no continuar con ese trabajo es la mejor opción…
¡La salud física y mental está por encima de todo!.